La primavera, oficialmente, ya está aquí. Ésta es una de las mejores épocas del año para recorrer los caminos y senderos de Les Muntanyes de Prades, en Catalunya. Me gusta sentir la conexión con las montañas y sus bosques, experimentar el silencio, a veces acompañado por el susurro de la brisa intermitente, el canto de los pájaros y el sonido de las ramas y hojas cuando algún animalillo se abre paso entre la maleza.

De lunes a viernes, las carreteras permanecen exentas de tráfico. Evito ir durante el fin de semana y así tengo más posibilidades de disfrutar en soledad de un entorno natural, de equilibrio y paz.

Ha llovido muy poco y los ríos tienen apenas caudal. El riesgo de incendio durante los próximos meses es muy alto, evidentemente, y deberemos estar muy alerta cuando practicamos nuestras actividades en este entorno tan seco.

A pesar de la sequedad, las flores comienzan a florecer y los paisajes nos regalan alimento para el alma.

Basta con andar por este paraíso, contemplar, observar, detenerse y respirar hondo para sentir que nuestra casa está más allá de cuatro paredes inmóviles.